10 Razones Para Visitar Turquia.
Dar Un Paseo En Barco Por El Bósforo, En Estambul:
Una de las actividades más populares de Estambul, la ciudad más visitada de Turquía, es dar un paseo en barco por el Bósforo, el estrecho que separa la parte europea de Turquía de la parte asiática, y conecta el mar de Mármara con el mar Negro.
En el trayecto que hacen las golondrinas (barcos turísticos) desde el muelle de Eminönü hacia el norte vas a ver murallas, torres, palacios y casas de gente adinerada. Aunque también vale la pena coger subir a algún barco local para ir a los diferentes embarcadores de la ciudad, para ver el día a día de la gente que va a trabajar en ese transporte. Recomendamos llegar a la parte asiática de Estambul, apeándote en los barrios de Usküdar y Kadiköy, para luego regresar con otro de esos barcos.
Admirar El Famoso Icono De Estambul: Santa Sofía
Aya Sofya o Santa Sofía significa en turco santa sabiduría de Dios. Y es que, aunque aparentemente parezca una mezquita, anteriormente fue una catedral ortodoxa y hoy en día es uno de los edificios más importantes de la historia de Estambul. Desde hace unas décadas es también un museo, al que recomendamos visitar en las horas de menos afluencia, debido a las enormes colas que se forman en su entrada. Sin desmerecer la famosa Sultanahmed Camii, más conocida por Mezquita Azul, justo enfrente de ésta, cuyo nombre se debe a los más de 20.000 azulejos azules que hay en su interior, aunque también recomendamos visitar las otras mezquitas interesantes de Estambul.
Deleitarse Con La Gastronomía Turca
Pescado, olivas, frutos secos, café…Hay una inmensidad de alimentos que definen la gastronomía turca. Aunque el plato omnipresente que te vas a encontrar en todos los restaurantes va a ser el famoso kebab, una carne asada acompañada de verdura y/o patatas. La salsa de yogurt o el yogurt líquido (Ayran) acompaña todas las comidas y es un imprescindible en las comidas turcas.
También están los Mezzes (o tapas), el sarma, que son las hojas de parra rellenas de arroz o carne. Pero no se puede volver de Turquía sin haber probado los famosos baklavas, el postre típico, que está compuesto de hojaldre, pistachos (o almendras) bañado en miel. O el lokum, es otro dulce cortado en cuadraditos y elaborado a base de azúcar, harina, pistachos, almendras o nueces. ¡Delicioso!
Disfrutar Del Relax De Un Baño Turco
Uno de los mayores placeres que te puedes dar en Turquía es pasar una tarde relajante en uno de los baños turcos para recargar pilas. Si no estás acostumbrado, recomendamos ir a alguno más turístico, ya que de por sí en los más locales puede que el masaje descontracturante no sea tan relajante a lo que un occidental está acostumbrado…Existe una entrada para hombres y otra para mujeres, así que si viajas en pareja piensa que estaréis separados durante el baño hasta la salida.
Visitar Pamukkale, Un “Castillo De Algodón” Inmenso
Pamukkale (del turco, “castillo de algodón”), es una formación geológica creada por las aguas termales de la zona que tienen gran contenido en calcio y bicarbonato, y que con el paso de los años han creado uno de los paisajes más curiosos de Turquía. Son una gran superficie de terrazas escalonadas de color blanco impoluto que parecen cascadas de agua congeladas, de un aspecto muy similar a la nieve. Como te puedes imaginar, resulta impactante llegar a uno de los lugares más calurosos del país y encontrarte con un paisaje que parece gélido.
Volar En Globo Por La Capadocia
Esparcidas por los valles de la Capadocia, en la Anatolia Central, existen peculiares formaciones rocosas, debido a la erosión de los ríos y el viento, un paisaje único. Por ello, esta región es uno de los lugares del mundo donde sobrevuelan más globos aerostáticos a diario: unos cien globos de todos los colores invaden el cielo cada día con el objetivo de ver el amanecer desde las alturas, una de las experiencias más memorables que puedes realizar en Turquía.
Ver El Tuz Gölü, Uno De Los Lagos Más Salados Del Mundo
El Tuz Gölü, en el centro de Anatolia, es uno de los lagos más salados del mundo, incluso más que el Mar Muerto. De esta extraña creación de la naturaleza que mide 80 km de largo y 50 km de ancho, se produce el 70% de la sal de Turquía. Los reflejos del agua y su blanco infinito te harán sentir talmente como si estuvieras en otro planeta.
Una recomendación: lleva unas buenas gafas de sol, el blanco de la sal deslumbra y puede dañar la vista.
Asistir A Una Danza Hipnótica De Los Derviches
Avisamos, asistir a una de las ceremonias donde ver la semâ o danza Derviche, una de las tradiciones turcas más arraigadas, produce somnolencia. Pero es una experiencia que seguro no te va a dejar indiferente. Esta cofradía se caracteriza por orar danzando durante largo rato dando vueltas y más vueltas sobre su eje para alcanzar la gracia divina. Una vez empezada la ceremonia y después de estar durante aproximadamente una hora viendo como los derviches bailan en círculo sin parar y escuchando una música hipnótica, ten por seguro que te vas a relajar…E incluso puedes echar alguna cabezadita que otra.
Tomar Un Té Turco Con Un Local
Los turcos se caracterizan por ser sencillos, abiertos y hospitalarios y seguro que más de uno, si entablas una conversación, acabará invitándote a un té y presentándote a su familia. Si tienes tiempo, aceptar la invitación puede acabar siendo una experiencia magnífica para conocer la cultura local de primera mano.
Recorrer Los Bazares, El Lugar Perfecto Para Ir De Compras
Si te encanta la moda turca, las chaquetas y bolsos de piel, las alfombras, la alfarería, las cajas de nácar o los juego de ajedrez (los típicos suvenires turcos) en los bazares disfrutarás como un/a enano/a. Suelen ser tan grandes y con tanta oferta de productos que puedes pasarte horas allí dentro, curioseando, comparando, regateando. Los turcos son gente amable y hospitalaria, pero también grandes negociantes, solo hay que remitirse a su tradición de comerciantes durante siglos, así que piensa que son capaces de venderle un peine a un calvo.
Una última sugerencia: si te apetece llevar un detalle a alguien, lleva una caja de baklavas, los típicos pasteles de hojaldre con frutos secos bañados con miel son una delicia.